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El colegio San Juan durante la guerra

En cuatro cuadernos - no publicados - el P. Dehon describe en modo más personal y detallado que en Notes Quotidiennes aquello que sucedió en S. Quintín desde 1914 hasta la evacuación de 1917. Bajo el título "La Institución del [colegio] S. Juan" leemos cuanto sigue:

"Durante aquel período, ¿qué le sucedía a nuestra querida casa de S. Juan? La parte alta sobre la rue des Arbalétriers ha conservado su finalidad: ha tenido alumnos hasta la vigilia de la evacuación. La parte baja, en la rue Antoine Lécuyer, se había convertido en lugar para la enfermería de los pobres soldados que habían sufrido el golpe de los tiros de cañón en el cerebro, de hecho un manicomio. Los alemanes la habían adaptado a su placer. Habían construido un barracón en el patio para la cocina y la despensa y en el primer piso le habían quitado las paredes de separación de las clases para hacer un dormitorio.

La capilla había permanecido abierta al público por mucho tiempo, pero los protestantes hacían sus funciones alternativamente a los católicos. Al final la pobre capilla fue transformada en dormitorio. La casa Michel servía a los oficiales enfermos.
M. Ronchaussé supo utilizar muy bien su casa, así reducida. Se hacía escuela donde fuese: en el salón, en la biblioteca, en la sala de profesores. Fueron cerca de cien los alumnos. Dos profesores sacerdotes, diferentes laicos... El profesor de alemán, M. Kielwasser, hizo muchos servicios como intérprete para regular las relaciones con la vecina enfermería.

El capellán alemán se había hecho inspector de las escuelas y venía a controlar lo que sucedía. Las catequesis estaban bien preparadas. M. Ronchaussé predicó un retiro a sus alumnos en la apertura de las escuelas y dos retiros de primera comunión en la capilla del Sagrado Corazón.

Tuvimos horas de angustia. Muchas veces fue necesario añadir a la enfermería una parte de cuanto se nos había reservado. Diferentes profesores, más nerviosos que los otros se dejan tomar por el pánico. Se refugiaban en el almacén apenas sentían pasar los aviones o caer las bombas. M. Ronchaussé había organizado un oratorio en mi ex-oficina en el primer piso. Yo rezaba allí con emoción".

(AD, Inv.: 0067600, probablemente escrito después de la evacuación de S. Quintín en 1917).