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Reacciones ante la fundación de San Juan

Por la posición de León Dehon en el seno de la sociedad de S. Quintín, la fundación de un colegio eclesiástico en 1877 no fue indiferente:

"Después de las elecciones de 1876, los Republicanos son mayoría en la cámara de diputados. Bajo el impulso, en particular, de Gambetta, que el 4 de mayo de 1877 proclamaba en la Asamblea Nacional "el clericalismo, he aquí el enemigo". Se desarrolla una política que busca alejar a la Iglesia de la vida pública y de las instituciones sociales. El primer logro serán los decretos de 1880, que prohíben la enseñanza a cerca de trescientas congregaciones. Decidiendo fundar un colegio… Dehon padecerá de pleno la guerra escolar y una buena parte de la población de S. Quintín que primero lo apoyaba, se alejará de él. Mientras la Obra San José, esencialmente social, creaba unanimidad, y confería a su director estima y mérito, con la fundación del San Juan, Dehon tendrá en contra a todos los republicanos laicos" (Yves LEDURE, Petite vie de Léon Dehon, p. 98).

El mismo Dehon constata el cambio de rumbo de la opinión pública:

"Hasta aquel momento tenía a todos conmigo en San Quintín y en la diócesis. Era querido en la ciudad. Después fue al encuentro de una hostilidad persistente. La mitad de la ciudad tenía lazos con el Liceo. Yo no podía ser persona grata a toda aquella gente. Los pensionados laicos de la ciudad tenían, también ellos, su clientela, para ellos me convertía en un competidor. En Laon, no se me perdonaba haber recogido los restos de la Institución Notre-Dame. Me acusaban impunemente de haber sido la causa de su caída. También en Chauny y en Vervins me encontraba con los competidores. Todo esto me hacía daño. No tenía el temperamento del luchador. Mi naturaleza me llevaba a ser bueno con todos y hubiese querido que lo fuesen también conmigo (NHV XIII/22s).

Pero la fundación del colegio S. Juan no solo se encontraba con la hostilidad de la política del gobierno y entraba en la guerra escolar entre la Iglesia y los republicanos en la Cámara, sino que en el ambiente católico, el colegio, para algunos, constituía una fundación inoportuna o un competidor para otras instituciones escolar católicas como las de Vervins o Chauny.

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